Hace unos meses, tuve la oportunidad de compartir café y distendida conversación con el embajador en España de uno de los principales Países latinos. En un momento de la misma, y hablando de la creación por parte del Gobierno Español de la Secretaría de Estado para Iberoamérica, sugería que el sentimiento de la mayoría de los cuerpos diplomáticos de la Región, no era de satisfacción por haber resultado distinguidos. En su opinión, el nombramiento de Trinidad Jiménez respondía a un problema domestico, la batalla electoral de Madrid. La Secretaría era el hueco “forzado” para resolver el problema.
No creo que este sea el origen de la creación de la Secretaría, pero la anécdota refleja la desconfianza mutua existente y la poco transparente percepción de los países latinos sobre los esfuerzos españoles la Región.
Los lazos económicos han crecido de forma notable en los últimos tiempos. La extraordinaria transformación que ha sufrido la economía española en las últimas dos décadas se debe a Latinoamérica. No pretendo ahondar en este proceso, únicamente comentar la percepción de desconfianza.
Esta percepción puede venir, en parte, porque España no se ha “creído” aun el papel que puede y debe adoptar en la relación con América Latina. Para muestra valga un botón.
Hace unos días se presentaba en público el II índice Elcano de oportunidades y riesgos estratégicos para la economía española. El Instituto Elcano es el mas reputado “Think Tank” español, reconocido por sus ideas en el ámbito de las relaciones externas. El índice Elcano, pretende elaborar un índice de oportunidades y riesgos estratégicos de la economía española en su proceso de internacionalización. Para ello calcula un índice de interdependencia económica que expresa la intensidad de las relaciones económicas bilaterales, desde la perspectiva española, y un índice de riesgo general, basado en los ratings de las grandes agencias de calificación. Estos dos índices se “mapean” en un radar que, de una forma g