Para aquellos lectores ansiosos, diré como toma de posición, que confío en que el Rey Juan Carlos no pase a la historia por su requerimiento - “¿Por qué no te callas?” - en la Cumbre de los Pueblos (Chile 2007) a Chávez.
Sobre Chávez ya hemos debatido en esta tertulia; y he de confesar que este hombre no para de sorprenderme.
Lo cierto es que no me sorprende tanto por sus titulares, o por sus amenazas sino porque ha provocado en mi una reflexión inquietante. Decía Chávez tras la cumbre de Chile: "Él es tan jefe de Estado como yo, con la diferencia de que yo soy electo. He sido electo tres veces con el 63%" . Y fue esta frase la que provocó esa inquietud antes mencionada: Si Chávez ha sido electo tres veces consecutivas con el 63% de los votos, algo serio, algo muy grave sucede con la democracia. No con la democracia en Venezuela, no; sino con la democracia como sistema de político de organización del Estado.
Tampoco es la primera vez que en esta tertulia reflexiono sobre la intervención y el control de los medios de comunicación. Actualmente, los tres poderes reconocidos, tienen mecanismos de control. Por el contrario, a los medios de comunicación, solo les controla o interviene la cuenta de resultados. Y a veces, ni eso. A veces, interesa adquirir medios de comunicación deficitarios con la sola intención de adquirir la cuota de poder que intrínsecamente atesoran.
Y es que resulta de verdad inquietante pensar – como de hecho me ha sucedido - que entre un Jefe del Estado electo con el 63% (en las tres últimas votaciones) y un Presidente Electo como el Rey Juan Carlos, me quedo con esta última opción. ¿Cómo puedo preferir a alguien que sistemáticamente logra un amplio respaldo popular, frente a alguien que, solo lo ha obtenido indirectamente?
Algo muy grave sucede en la democracia. Uno mira a Perú (28 millones de habitantes) y observa a la sorprendente relevancia de Ollanta Humala, militar golpista “el guerrero que todo lo ve” frente a un candidato condenado por prevaricación, resultando que triunfa este último; y uno se pregunta ¿no había nadie más?. También cabe mirar a las últimas eleccio